La importancia del juego en el desarrollo de los niños

 

El juego es un derecho del niño, los derechos del niño fueron aprobados por las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 en Nueva York. Artículo 31. El niño tiene derecho al juego, al descanso, a la diversión y a dedicarse a las actividades que más le gusten.


La infancia se caracteriza por la formación integral de los niños y niñas y el juego en esta etapa es fundamental, ya que en los primeros años de vida consolidamos las bases que nos definirán como personas autónomas, independientes, seguras y felices.

El juego es la oportunidad generadora de aprendizajes en la que el niño explora, formula y experimenta el mundo que lo rodea, las personas con las que interactúa pero sobre todo se conoce a sí mismo. El participar en una actividad le permite ensayar sobre cómo actuar ante nuevas situaciones. Descubre sus habilidades sociales y destrezas motrices.

Si observamos detenidamente a un niño cuando juega nos sorprenderá la concentración profunda que tiene y el placer inmediato que le proporciona. Esta es la misma concentración que nosotros consideramos necesaria para llevar a cabo un buen trabajo. Y es que en el mundo del niño juego y trabajo están muy relacionados, no se puede separar una cosa de otra, cuando un niño juega, trabaja al mismo tiempo.

Gracias al juego, se desarrolla la imaginación y la capacidad creativa. El juego constituye el núcleo esencial del desarrollo, ya que sin experimentación, sin manipulación, sin la invención de estrategias de acción, el niño no conquistaría nuevos espacios, no descubriría ni recorrería nuevos caminos.

Los niños necesitan hacer las cosas una y otra vez para aprenderlas, algunas veces aciertan otras se equivocan, pero lo esencial es el aprendizaje que les deja en cada lección. Por lo tanto, los juegos tienen carácter formativo, al repetirlos también ayudan a simular situaciones que podrán dominar y adaptarse a ellas. Además el juego es una construcción llena de significados simbólicos para los niños, en ellos proyectan sus ideas, sentimientos, vivencias, frustraciones y angustias.

Los juegos para un niño pueden ser de todo tipo: de mesa, deportivos, lúdicos, recreativos, etc. y cualquier cosa sirve para jugar como una caja de cartón, un bote, un pedazo de papel, una cuchara, un palo, una piedra, arena, entre otros. Todo puede formar parte de un juego divertido.

El juego desarrolla diferentes aspectos:

a) Capacidades físicas: para jugar los niños se mueven ejercitándose casi sin darse cuenta, con lo cual desarrollan su coordinación psicomotríz y la motricidad gruesa y fina; además de ser saludable para todo su cuerpo, músculos, huesos, pulmones, corazón, etc. Además de permitirles dormir mejor durante la noche.

b) Desarrollo sensorial y mental: mediante la discriminación de formas, tamaños, colores, texturas, diferentes tipos de ritmos y sonidos, entre otros.

c) Capacidades afectivas: al experimentar emociones como sorpresa, expectación o alegría aprende a identificar sus emociones y las de los demás, lo que le ayuda a desarrollar su empatía. También aprende a resolver conflictos emocionales.

d) Creatividad e imaginación: el juego transporta a los peques a un mundo diseñado y soñado por ellos con un sinfín de posibilidades.

e) Forma hábitos de cooperación y colaboración: debido a que algunos juegos se necesita de un compañero o se realizan en equipo requiere desarrollar habiliadades de negociación y dirección, así como aprender a explicar sus ideas para ponerlas en práctica.

f) Aprenden a conocer su cuerpo, sus límites y entorno.

Es importante que demos tiempo de juego libre a los niños y que ellos mismos desarrollen, construyan y exploren sus ideas, no es necesario que cuenten con la intervención directa de un adulto como guía de la actividad; como adulto, también puedes ser parte del juego en un rol de participante y que el niño o niña invente o dirija el juego, lo que le ayudará a explicar sus ideas, a aprender a dar instrucciones y a dirigir.

El tiempo de juego en los niños es fundamental para su sano desarrollo, hay que respetarles ese tiempo y permitir que descubran por sí mismos sin anticiparnos al resultado o a darle una respuesta inmediata, con el propósito de que el niño o niña pueda formular y ensayar hasta obtener algún resultado por sí mismo.

¿Y cómo lo logro? Sólo proporciónarles un ambiente seguro, estimulante, bien iluminado y ventilado, además del tiempo, libertad y espacio que les permita vivir todas las aventuras y experiencias que el niño o niña sea capaz de construir durante el juego.

Así que… ¡A Jugar!


Gabriela Vázquez Coronel

Colaboración con Maciel Padilla