Los limites como herramienta

Los límites como herramienta para fomentar la responsabilidad en los niños

Hoy en día muchos padres de familia vivimos la angustia de no saber cómo educar ‘BIEN” a nuestros hijos. Los cambios tan acelerados de la actualidad nos exigen prepararnos formal y sistemáticamente para esta ardua y a su vez hermosa labor, intentar educar de la forma en que nuestros padres hicieron con nosotros ya no es posible ni tampoco justo para nuestros hijos, simplemente porque no respondemos a sus actuales necesidades.

Un tema que ha llenado titulares de libros, documentos, revistas e investigaciones es el asunto de los LIMITES. Hoy en día es muy común observar que los padres de familia le temen a sus hijos y que estos últimos se han vuelto los dictadores de la casa y no sólo eso, se han convertido en DICTADORES TIRANOS.

El poner límites y que estos fomenten la responsabilidad en el niño es parte de un largo proceso, el cual comienza desde muy temprana edad. Como padres debemos entender a los límites como señales para que nuestros hijos no se accidenten en la vida.

Existe un punto de suma importancia al momento de establecerle un límite y es el saber diferenciar: 1) los límites al comportamiento inaceptable, de 2) las limitantes a la personalidad. Para no permitir que pase esto, es importante no humillar y no ofender a nuestros hijos cuando les ponemos un límite, solamente enfocarnos en la conducta no cumplida. Siempre recordando que debemos educar, NO HUMILLAR.

Hoy en día, existen aún padres de familia que establecen límites en casa mediante la agresión física; como educadores debemos saber que esto no es necesario, es nuestra responsabilidad entender que la violencia NO es un factor de aprendizaje y nuestros hijos nunca deben asociar limites con maltrato o terminarán obedeciéndonos porque nos tienen miedo y no porque realmente estén convencidos de que un límite les evita un mal momento. Con frecuencia cuando recurrimos al golpe o al maltrato físico para establecer un límite es porque la situación en juego ya se ha salido de nuestro control, por ello, es importante establecer límites de manera oportuna y clara, ser muy específicos en la conducta que esperamos de nuestros hijos y darle opciones de lo que SI puede hacer. Por ejemplo, decirle “PORTATE BIEN” a un pequeño de 3 o 4 años puede transformarse en “En la sala de la casa NO se puede jugar con la pelota pero SI lo puedes hacer en el jardín o en el patio”. De esta forma estamos siendo específicos, claros y le estamos dando una opción alterna a lo que desea hacer.

Es importante que el límite sea específico, es decir, que la consecuencia sea algo real y el niño sepa concretamente qué es lo que pasa si no lo cumple. Las amenazas aquí no funcionan, ni el tan sonado: “TE CUENTO TRES PARA QUE...”. Nuestros hijos nos deben ver como figuras de autoridad firmes y saber que si hemos establecido un límite, este no es negociable. Por ello, es importante evitar que nuestro estado de humor sea quien regule los límites a nuestros hijos. Si somos padres congruentes y siempre cumplimos nuestra palabra, nuestros hijos pueden predecir como actuaremos si faltan a un límite y así evitarán no cumplirlo.

Pero, ¿como saber cuál es la mejor consecuencia para cuando nuestros hijos faltan a un límite? Un punto importante es: NO buscar una consecuencia que les duela, debemos buscar una consecuencia que los haga CONSCIENTES Y RESPONSABLES del límite que no han cumplido. Por ejemplo, si no hizo la tarea, la consecuencia deberá ir relacionada al colegio o al estudio y no a otros aspectos como sus juguetes, la televisión, el fútbol etc.

Los limites son parte de la vida y nuestros hijos deben aprender a vivir con ellos antes de que la vida sea quien les cobre el no respetarlos. Como padres y siendo la mayor figura de amor y de apoyo que nuestros hijos tienen es importante acompañarlos siempre en este proceso.

MARIANA MACHUCA

Bibliografía de consulta:
Schmill,V. (2004). Disciplina Inteligente. Manual de estrategias actuales para una educación en el hogar basadas en valores. México. Producciones Educación Aplicada.
Arredondo, J.P. (2010). Límites y berrinches. México. Ediciones B. Editorial Vergara.